
Cold Brew Casero
El cold brew es una forma de preparar café con agua fría durante un período prolongado, lo que resulta en una bebida suave, menos ácida y refrescante. Perfecta para los días calurosos o para quienes prefieren un café más suave.
Ingredientes
- 200g de café de grano entero (molienda gruesa)
- 1 litro de agua filtrada a temperatura ambiente
- Recipiente grande con tapa
- Filtro de papel o tela
- Hielo (opcional, para servir)
Preparación
- Muele el café. Muele 200g de café a una consistencia gruesa, similar a la que usarías para una prensa francesa.
- Combina café y agua. Coloca el café molido en un recipiente grande y añade 1 litro de agua filtrada a temperatura ambiente. Asegúrate de que todo el café esté mojado.
- Tapa y espera. Cubre el recipiente y déjalo reposar a temperatura ambiente durante 12 horas. Puedes dejarlo en el refrigerador si prefieres, pero el tiempo de extracción podría ser más largo.
- Filtra el café. Después de 12 horas, filtra la mezcla a través de un filtro de papel o tela para eliminar los posos de café. Puedes filtrar dos veces para obtener un líquido más claro.
- Almacena y sirve. Guarda el cold brew en un recipiente hermético en el refrigerador. Durará hasta 2 semanas. Sírvelo con hielo y, si lo deseas, diluye con agua o leche según tu preferencia.
Consejos para el Cold Brew Perfecto
Elección del café: Los granos con notas de chocolate, nuez o caramelo funcionan especialmente bien para cold brew, ya que resaltan la dulzura natural.
Concentrado: Lo que obtienes es un concentrado de café. Para servir, puedes diluirlo con agua o leche en una proporción de 1:1 o según tu gusto.
Variaciones: Prueba añadir especias como canela o cardamomo durante la infusión, o sirve con un toque de jarabe de vainilla o caramelo.
Método alternativo: Si tienes prisa, puedes preparar un "quick cold brew" usando agua caliente inicialmente y luego enfriando rápidamente con hielo. No será exactamente igual, pero es una buena alternativa cuando el tiempo apremia.